[20/05/2007] La confesión que uno de los gerentes de la empresa Skanska le hizo a un auditor interno permite dimensionar el tamaño de los sobornos: los tres gasoductos costaron 1.752 millones de pesos y por cada obra se pagó un 5% de coima, es decir, no menos de 87 millones, publicó este domingo Perfil.com.
Estas cifras equiparan al caso Skanska con el de IBM-Banco Nación, un escándalo similar que surgió en los '90 a partir de la búsqueda de facturas truchas, y en el que se habrían pagado coimas por 37 millones de dólares.
La grabación fue realizada en forma secreta por el auditor interno de la compañía sueca, Claudio Corrizo, que llegó una tarde de la última semana de marzo del 2006 a la oficina del gerente comercial, Javier Azcárate, y encendió el grabador que llevaba oculto. El audio llegó a manos del juez Guillermo Montenegro.
En esa charla se revela, además, otro dato estremecedor: que la metodología de coimas y retornos no sólo se utilizó para la contratación de las obras de la planta compresora de Deán Funes, sino que habría sido el común denominador de todas las licitaciones de obras de gas.
La grabación terminó eyectando a dos funcionarios, uno del Ente Regulador del Gas, Fulvio Madaro y el otro de Nación Fideicomiso, Néstor Ulloa. Además, el fiscal Carlos Stornelli ya pidió que la investigación abarque a todas las obras.
La Justicia ya tiene 23 funcionarios en la mira, pero también se investiga a un socio del presidente Néstor Kirchner. Se trata de Lázaro Báez, socio mayoritario y CEO de Austral Construcciones e inversor, junto al Presidente, de un fondo fiduciario destinado a la edificación de viviendas en Río Gallego.
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