REUTEMANN-DE NARVAEZ, LA NUEVA CONDUCCIÓN
CAPITAL FEDERAL, Julio 02 (Agencia NOVA) El temblor que generó en el seno del Partido Justicialista la derrota de su jefe, Néstor Kirchner, en las elecciones nacionales legislativas el último domingo, tuvo su correlato cuando al día siguiente renunció a ese cargo y decidió dejar todo en manos del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien si bien intentó poner paños fríos a la situación y convocó al tan ansiado diálogo político,entre las entrañas mismas del peronismo surgió una exigencia de cambio de mando y de estilos:
para eso propusieron que la conducción esté encabezada por Carlos Reutemann y seguida por Francisco de Narváez.
De acuerdo a lo que pudo saber Agencia NOVA, una importante agencia internacional de noticias que tiene una corresponsalía en nuestro país encuestó en los últimos días a los más destacados dirigentes del peronismo de toda la Argentina, quienes se manifestaron de manera drástica en algunos aspectos, a saber:
• No quieren que la conducción del Partido Justicialista quede en manos de Daniel Scioli, a quien no ven como un “líder natural”, además de considerarlo un “lamebotas” y “títere” del recién renunciado Néstor Kirchner.
• La cabeza debe estar a cargo de quien mejor quedó posicionado de cara a las elecciones presidenciales de 2011, o sea, Carlos Reutemann.
• Para que la nueva conducción tenga un peso relativo en todo el país no hay que dejar de lado el poder con el que cuenta históricamente la provincia de Buenos Aires. En ese marco, aparece la figura del gran vencedor del domingo: Francisco de Narváez.
• Dejar “afuera de toda decisión” a exponentes kirchneristas que ocupan cargos en el Gobierno nacional, y en esa línea mencionan a los ministros de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández; al de Interior, Florencio Randazzo; y al jefe de Gabinete, Sergio Massa.
• Ni siquiera “invitar” al ex gobernador bonaerense y diputado nacional electo por el espacio Unión-Pro, Felipe Solá, porque consideran que “es muy resistido” dentro y fuera del justicialismo. “No tiene llegada a la gente común”, explican.
• Convocar de inmediato a figuras emblemáticas del Partido Justicialista para “renovar la mística militante” de ese espacio, y en ese aspecto se mencionó al actual senador nacional por San Luis, Adolfo Rodríguez Saá; al misionero Ramón Puerta, y a los bonaerenses Eduardo Duhalde y Antonio Cafiero.
Las consultas a los máximos referentes del peronismo argentino se da en el marco del llamado al diálogo que comenzó a concretar el flamante conductor del PJ, Daniel Scioli, con la idea de encolumnar a sus dirigentes y diseñar un esquema que lleve a la normalización de toda su estructura.
Pese a la convocatoria de Scioli, en el justicialismo todavía suenan las críticas y reproches entre distintos sectores. Uno de esos exponentes es el vicegobernador bonaerense, Alberto Balestrini, quien en campaña no habló –fue candidato “testimonial”- pero esta vez salió de su estricto mutismo para cuestionar al vencedor De Narváez y decir que el referente de Unión-Pro “no es peronista”.
De todos modos, y de acuerdo a lo indicado por fuentes confiables a Agencia NOVA, pese a las diferentes posturas y lineamientos que se quieren imponer en lo que consideran el “nuevo peronismo”, el consenso es unánime en los dos primeros lugares de la conducción partidaria, pese a los dardos lanzados por parte de algunos exponentes que terminaron derrotados en las elecciones generales del último domingo.
“Cuando se trata de encolumnarse detrás de la figura de un líder o de un ganador indiscutido, el peronismo y sus dirigentes son unos maestros a la hora de dar ese paso”, confesó uno de los voceros consultados. (www.agencianova.com)
para eso propusieron que la conducción esté encabezada por Carlos Reutemann y seguida por Francisco de Narváez.
De acuerdo a lo que pudo saber Agencia NOVA, una importante agencia internacional de noticias que tiene una corresponsalía en nuestro país encuestó en los últimos días a los más destacados dirigentes del peronismo de toda la Argentina, quienes se manifestaron de manera drástica en algunos aspectos, a saber:
• No quieren que la conducción del Partido Justicialista quede en manos de Daniel Scioli, a quien no ven como un “líder natural”, además de considerarlo un “lamebotas” y “títere” del recién renunciado Néstor Kirchner.
• La cabeza debe estar a cargo de quien mejor quedó posicionado de cara a las elecciones presidenciales de 2011, o sea, Carlos Reutemann.
• Para que la nueva conducción tenga un peso relativo en todo el país no hay que dejar de lado el poder con el que cuenta históricamente la provincia de Buenos Aires. En ese marco, aparece la figura del gran vencedor del domingo: Francisco de Narváez.
• Dejar “afuera de toda decisión” a exponentes kirchneristas que ocupan cargos en el Gobierno nacional, y en esa línea mencionan a los ministros de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández; al de Interior, Florencio Randazzo; y al jefe de Gabinete, Sergio Massa.
• Ni siquiera “invitar” al ex gobernador bonaerense y diputado nacional electo por el espacio Unión-Pro, Felipe Solá, porque consideran que “es muy resistido” dentro y fuera del justicialismo. “No tiene llegada a la gente común”, explican.
• Convocar de inmediato a figuras emblemáticas del Partido Justicialista para “renovar la mística militante” de ese espacio, y en ese aspecto se mencionó al actual senador nacional por San Luis, Adolfo Rodríguez Saá; al misionero Ramón Puerta, y a los bonaerenses Eduardo Duhalde y Antonio Cafiero.
Las consultas a los máximos referentes del peronismo argentino se da en el marco del llamado al diálogo que comenzó a concretar el flamante conductor del PJ, Daniel Scioli, con la idea de encolumnar a sus dirigentes y diseñar un esquema que lleve a la normalización de toda su estructura.
Pese a la convocatoria de Scioli, en el justicialismo todavía suenan las críticas y reproches entre distintos sectores. Uno de esos exponentes es el vicegobernador bonaerense, Alberto Balestrini, quien en campaña no habló –fue candidato “testimonial”- pero esta vez salió de su estricto mutismo para cuestionar al vencedor De Narváez y decir que el referente de Unión-Pro “no es peronista”.
De todos modos, y de acuerdo a lo indicado por fuentes confiables a Agencia NOVA, pese a las diferentes posturas y lineamientos que se quieren imponer en lo que consideran el “nuevo peronismo”, el consenso es unánime en los dos primeros lugares de la conducción partidaria, pese a los dardos lanzados por parte de algunos exponentes que terminaron derrotados en las elecciones generales del último domingo.
“Cuando se trata de encolumnarse detrás de la figura de un líder o de un ganador indiscutido, el peronismo y sus dirigentes son unos maestros a la hora de dar ese paso”, confesó uno de los voceros consultados. (www.agencianova.com)
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