María Eugenia Vidal

“La bikini de Donda no me parece mal, aunque yo no apelaría a eso”

Desde el balcón. Vidal, el miércoles, en el gobierno porteño./SILVANA BOEMO 

La repisa en la oficina que María Eugenia Vidal ocupa en el segundo piso de Bolívar 1 es enorme y, sin embargo, las fotos no caben. La imagen del marido y los hijos le recuerdan permanentemente a la vicejefa del gobierno porteño su nutrido cuadro familiar. La puerta se abre y una mujer sobriamente vestida le dirá a Clarín, sobre el final de la entrevista, nunca con una broma o un exceso, que si la diputada del FAP Victoria Donda hace campaña en bikini “está bien”, y que el escote “no” es lo relevante. “Uno tiene que transmitir lo que es. La gente ya conoce cómo yo hago campaña. No me parece mal, aunque yo no apelaría a esos recursos. Hoy no me vestí para la entrevista, sino como todos los días”, dice. Va de negro, sin escote. Perfumada.

-Se sabe que no le gusta hablar de las internas del PRO ni de su relación con Gabriela Michetti, pero ella sugirió que podía ir de candidata en provincia de Buenos Aires y usted dijo que no iba...

-Yo tengo un compromiso con los porteños y me gustaría acompañar a Mauricio (Macri) hasta el final del mandato y para eso trabajo todos los días. Creo que la Provincia tiene otras alternativas que están recorriéndola todos los días. Hoy me siento muy cómoda donde estoy y tampoco mi partido me lo ha pedido. Yo quiero terminar mi mandato en la ciudad.

-Macri depositó en usted el trabajo duro, la cara del ajuste, el aumento de tarifas y las noticias que caen mal a los porteños...

-Mauricio me eligió como su compañero de equipo en esta tarea de gobernar la ciudad. A veces hay que tomar decisiones difíciles y otras veces dar buenas noticias. Sabemos que este es un momento difícil para los argentinos, no por las decisiones del gobierno de la Ciudad sino por la inflación, que es el problema estructural que causa eso y que el Gobierno nacional niega sistemáticamente. Estoy acostumbrada a la trinchera y a la batalla.

-¿Disfruta de ser la mala?

-No me siento la mala. Soy parte de un equipo convencido de lo que hace y de que es lo mejor para los vecinos. El subte en el que se viajó hasta diciembre no da para más. Y nosotros no vamos a ser parte del relato con el que se sostuvo el kirchnerismo con el sistema de transporte por más de diez años. Nos hicimos cargo para resolver lo que ellos no pudieron resolver. No vamos a permitir un festival de subsidios que igual pagó la gente. No da para más que nos sigan vendiendo el relato.

-¿A qué mujer política admira?

No tengo grandes referentes. Mis referentes han sido mi abuela, una mujer que vino del campo con primario incompleto y que era mucho más sabia que gente instruida que conocí. O mi madre, que en una epoca en que las mujeres no trabajaban ella sí y muchas horas. Las Margarita Barrientos, del sur de la ciudad...Desde la política no tengo grandes referentes.

-¿Y cree que Cristina Kirchner allana el camino para que haya otra mujer presidenta aquí?

-Celebro que haya una mujer en el poder. Y hay un clima favorable a ello con Michelle Bachelet, en Chile, y Dilma Rousseff, en Brasil. Pero para mí es muy difícil sentir que la Presidente nos puede allanar el camino porque mis diferencias de estilo son muy fuertes. Y el estilo en este caso no es de forma sino de fondo. Por empezar, no me gusta el reto desde el atril. Cuanto más importante es el lugar que uno ocupa, más humilde se debe ser.