Tras las Paso, se presenta un escenario político diferente en Salta
02:31 Urtubey y Romero picaron en punta, pero nada está definido. El PJ mostró su fuerza en el interior y fracasó en la capital.
Las primarias de ayer no definieron nada, porque casi todas las boletas se repetirán dentro de 75 días, cuando el 27 de octubre se elijan, en serio, los senadores y diputados nacionales. Esta nueva carrera electoral ya empezó y nadie puede asegurar que los resultados de ese día serán idénticos a los de la víspera.
El Frente para la Victoria, cuya figura principal es Juan Manuel Urtubey - aunque no sea candidato - y el Frente Popular Salteño, liderado por Juan Carlos Romero, sacaron una luz de ventaja en el arranque.
Para ambos, y para todos los demás candidatos, queda mucho trabajo por delante, y un examen autocrítico de lo realizado hasta ahora.
Las PASO, como se llama a esta onerosa encuesta, mostraron a nivel nacional y provincial, y también en el municipio de Salta capital, un replanteo del escenario político.
En primer lugar, el gobernador Juan Manuel Urtubey había afirmado que en las primarias se plebiscitaban su gobierno y los de los intendentes. A nivel provincial y en el municipio capital, tal hipotético plebiscito fue adverso al gobierno. Si bien, escrutadas el 90 por ciento de las mesas Rodolfo Urtubey obtenía alrededor del 29 por ciento de los votos, la cifra marcaba un retroceso del treinta por ciento con respecto a las gubernamentales de 2011. En otras palabras, e interpretando que el voto expresa la voluntad popular, quedó en claro que hay un 70 por ciento de salteños que rechazaron la gestión de Urtubey, en lo que él había presentado como un plebiscito.
Por otra parte, el Partido Justicialista realizó en Salta capital, de donde son oriundos sus tres candidatos más promocionados, la peor campaña de su historia. Rodolfo Urtubey, obtuvo casi dos mil votos menos que Alfredo Olmedo y quedó tercero en este distrito. Evita Isa, la hija del jefe comunal, quedó cuarta, superada incluso por Jazbel Singh y Pablo López.
Es cierto que las victorias son del que gana. El Frente para la Victoria se impuso en el escrutinio provincial, aunque los resultados, como reconoció el gobernador, no fueron los que esperaban o deseaban.
Seguramente el oficialismo evaluará cuál fue la respuesta de los intendentes, comuna por comuna, ya que la campaña se recostó, y así lo sostuvieron siempre, en ese aparato estatal.
Esa evaluación no será neutra ni tampoco inocua. Aunque la opinión pública no lo tiene demasiado en cuenta, ya está en marcha el proceso electoral provincial para la renovación de la Legislatura y los Concejos Deliberantes. Esa lucha, mucho más compleja y enmarañada, se hará valer en esta nueva campaña.
Ningún intendente puede correr el riesgo de una derrota que lo deje con minoría en su Concejo. Y no habrá piedad en esta lucha, con escenario en el corazón del Partido Justicialista, menos mediática y menos visible, pero más sorda e implacable que la elección de legisladores nacionales.
Romero debe intentar ganar en octubre y le toca evaluar lo realizado en los últimos meses, que le permitió un segundo puesto que no estaba en los planes del oficialismo.
Olmedo, seguramente, revisará si su discurso, simple y estructurado, alcanza para avanzar posiciones.
Las primarias abiertas simultáneas y obligatorias abrieron un nuevo escenario. Es difícil hacer una predicción, porque lo que ocurra en octubre dependerá de variables externas a la provincia, como el rumbo de la economía o los cambios de humor social, pero sobre todo, de lo que hagan los candidatos en este nuevo tramo de la campaña.
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