Es evidente que la administración nacional tiene una posición conservadora en varios sentidos: se desespera por pagar la deuda externa con reservas pero se niega a actualizar las jubilaciones. El ex presidente Kirchner llegó a afirmar que el 82 % del salario mínimo costaría 141.000 millones de dólares! Sin dudas, exagera para desacreditar las iniciativas opositoras.
El nuevo salario mínimo resguardaría al jubilado del aumento real en los precios (lejos de la ficción del Indec). Es verdad que aumentaron las jubilaciones mínimas: los jubilados tuvieron mas plata en sus bolsillos, pero compraron menos durante la gestión CFK por los efectos perjudiciales de la inflación.
Dicen que no hay plata, cuando todos los días vemos como se usan dineros públicos para subsidios a empresas y a sectores que no están entre los más necesitados. Se debe recordar que el estado subsidia por $ 30.000 millones a consumidores y actividades con escaso impacto social redistributivo.
El tema es redefinir prioridades, gastar mejor, orientar los recursos a los que menos tienen. Como sabemos que hay limitaciones de recursos (el gobierno ha dilapidado el superávit fiscal), y somos responsables en lo presupuestario, hemos propuesta hacerlo gradualmente, comenzando por los jubilados más necesitados, que son los de mayor edad.
Hicimos un rápido ejercicio para mostrar de dónde podríamos sacar los alrededor de $10000 que costaría por año el primer tramo del aumento, empezando con los hombres mayores de 75 y las mujeres mayores de 70.
Si tomamos lo que ha costado el Fútbol para Todos, parte de los subsidios a Aerolíneas Argentinas (que sigue siendo una empresa privada), un tercio de los subsidios que entrega la cuestionada ONCCA, y una racionalización de subsidios que no tienen impacto en los sectores de menores ingresos (electricidad y gas, empresas públicas), más el apoyo que ha dado la Anses a proyectos de empresas privadas, estamos holgadamente por encima de lo necesario para dar el aumento a los jubilados. Y esto sin contar el impacto positivo que esta actualización generará en el consumo de los jubilados, y por ende en la recaudación impositiva.
El dinero de la Anses es para jubilaciones, no para infraestructura, producción de autos, o para financiar el fútbol. Y esto sin haber puesto sobre la mesa una serie de exenciones impositivas de difícil justificación. La clave es que el gobierno abra el Presupuesto y se pongan en discusión las prioridades. No puede ser que el estado se financie a costa del poder adquisitivo de los jubilados.
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